La noticia.

Uno de los momentos más complejos es recibir la noticia, enterarte que tienes cáncer, porque aunque no siempre es así, lo sentimos como una sentencia y más cuando no tienes el menor indicio de que haya algo malo en ti o lo descubres por algo fortuito, como en mi caso. Cuando tuve que ir a urgencias en plena pandemia sentí algo de inquietud, sin embargo, como no había tenido síntomas de otro tipo estaba relativamente tranquila, creía que era algo pasajero y por el momento que estábamos viviendo la ansiedad o el miedo se encaminaba más a que no me fuera a contagiar de COVID, que a pensar que algo malo ocurría en mi interior.

En mi caso el cáncer que me acompañaba era asintomático, por ello cuando me dijeron en urgencias que era una úlcera gástrica y aunque para mi no era tan claro el origen de esta, culpé en ese momento al estrés producto de la pandemia y sus secuelas. Esa era una explicación coherente, no tenía motivos para pensar que era algo más y me hubiera podido quedar con ese diagnóstico.

En este punto entra en juego la cultura del cuidado y la salud que me inculcó mi familia y he aprendido y reforzado en el camino. Esa que no solo es ir al médico una vez al año, sino que incluye temas como reclamar los resultados de los exámenes, asistir a los controles y ser un poco desconfiada de las primeras impresiones médicas; eso en muchos casos marca una gran diferencia, y en mi caso sí que lo fue.

Esa conciencia me llevó a abrir el computador días después y consultar los resultados de la endoscopia que me practicaron en urgencias, pese a que ya me había hecho a la idea de que era una úlcera gástrica; el hacerlo me colocó de frente con "el adenocarcinoma gástrico de tipo difuso". Este tipo de cáncer corresponde al 90 % de los cánceres de estómago que se origina en la mucosa y que se encuentra con mayor frecuencia en pacientes jóvenes, según la Sociedad Americana Contra El Cáncer. Así, cuando abrí los resultados no esperaba encontrarme con esas palabras dado que la incidencia del cáncer gástrico es mayor en adultos mayores y más alta en hombres que en mujeres. Sin embargo, contaba con suerte ya que desafortunadamente es el más letal en Colombia porque sigue detectándose tardíamente, causando una alta mortalidad(1). En esta historia, ese día consultar el resultado evitaría que mi caso fuera uno de esos tardíos y aún con la ausencia de síntomas, ni la edad promedio en que es diagnosticado o los antecedentes específicos de cáncer de estómago: ahí estaba. 

He aprendido la importancia de no minimizar ningún síntoma y realizar procedimientos preventivos como, por ejemplo, endoscopias tempranas y que pese a que el sistema de salud aún tiene sus fallas, podemos acceder más fácilmente que en otros países a los servicios de salud (2) . Ahora bien, sí falta y mucho para mejorar el sistema de salud; por ejemplo, en mi caso no hubo una llamada ni una cita para decirme que los resultados no habían salido bien, ni un seguimiento. Entonces, me pregunto ¿qué hubiera pasado si como muchas personas no hubiera buscado los resultados de la endoscopia, o no tuviera acceso a dispositivos tecnológicos para consultarlo, o no hubiera identificado los términos del resultado y entendido que era algo serio? Sé que soy una persona privilegiada, y el sistema debería cuidar más a los que no, yo pude actuar a tiempo pero ¿y las personas que no?

Acá se me pasa por la cabeza otro obstáculo que aporta a las cifras de cáncer en el mundo (3)las fallas en la cultura del autocuidado de muchas personas, priorizamos la falta de tiempo, las actividades diarias, el trabajo o simplemente la pereza de ir al sistema de salud por todos los trámites que implica, aplazamos citas médicas, exámenes o hasta reclamar los resultados pudiendo hacerlo y no vislumbramos que eso puede marcar la diferencia. Lo anterior, contribuye a que el cáncer sea la segunda causa de muerte con un aproximado de 9,6 millones de personas fallecidas anualmente y a las de cáncer de estómago en Colombia, en cual es la primera causa de muerte por cáncer en hombres y la tercera en mujeres solo después de cáncer de mama y cuello uterino (4)

¿Y es fácil aplicar la cultura del autocuidado y afrontar un resultado semejante? No, no es fácil y es temeroso lo que se viene luego de un diagnóstico como ese, el proceso es complejo y son muchos los cambios que implican. Ya les contaré en el siguiente post lo que implica vivir sin estómago, pero eso es mínimo comparado con lo que puede representar enterarse tardíamente que se padece de una enfermedad como estas.

Sí, esta es una invitación basada en mi experiencia para aquellos que lean estas palabras, para que tengamos un poco más de conciencia de la salud, a la final es lo que nos permite estar vivos, disfrutar de los seres que amamos, de las cosas que nos gusta y hasta de las que no, es lo que nos permite trabajar para poder vivir. Sin salud ya no habrá pretextos, ni el trabajo ni el tiempo ni el miedo. ¿Y tú estás cuidando de ti y tu salud?

Fuentes consultadas:
(1)  https://www.ccb.org.co/Clusters/Cluster-de-Salud-de-Bogota/Noticias/2018/Abril-2018/Asi-es-el-cancer-de-estomago-el-mas-mortal-en-Colombia
(2) Colombia cuenta con políticas para abordar el tema del cáncer y prevención como el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021, el Plan Decenal para el Control del Cáncer y la Rutas Integrales de Atención en Salud.
(3) https://cuentadealtocosto.org/site/cancer/dia-mundial-del-cancer-2021/
(4) Cáncer gástrico, un enemigo silencioso que puede ser mortal, Fundación Santafe.
(5) https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Incidencia-del-cancer-se-redujo-en-los-ultimos-3-anos.aspx

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